Años seguidos de terminar su carrera, María Eugenia,
con 21 años de edad y una cocina pequeña en su casa,
decidió armar el proyecto más importante de su vida, Sainte-Marianne Repostería, también reconocido como “boutique de postres”, así llamado por muchos de sus clientes. Tras casi 10 años después de su comienzo, aún sigue destacando con la ayuda de 11 mujeres con las cuales ha creado un gran equipo laboral, trabajando duro con el fin de siempre cumplir sus objetivos.